Qué comer con Petit Verdot: cinco platos que elevan cada sorbo

Hay vinos que seducen por su suavidad y otros que cautivan por su carácter. El Petit Verdot pertenece a este segundo grupo: una variedad intensa, profunda, con tintes violáceos oscuros y aromas que viajan entre violetas, moras, ciruelas maduras, especias y, según la crianza, hasta cuero o ahumado. No es un vino que busque pasar desapercibido; es uno que se abre camino con fuerza, pero que, cuando encuentra la compañía adecuada, revela un mundo de equilibrio, frescura y armonía inesperada.

En el Perú, donde los sabores se construyen en capas y los platos tienen personalidad propia, el Petit Verdot encuentra un escenario ideal. Cada sorbo parece dialogar con la intensidad criolla, con las texturas suculentas y con el fuego amable de los guisos. Elegir un buen maridaje no es solo pensar en el plato: es buscar ese punto en el que el vino y la comida se elevan juntos.

Para eso, aquí te presentamos cinco platillos que potencian lo mejor del Petit Verdot, inspirados también en las expresiones de Tacama, como Origen Malbec Petit Verdot, Triunfo Selección Especial Petit Verdot y Triunfo Selección Especial Petit Verdot Tannat, cada uno con matices propios pero todos con la intensidad que define a esta variedad.

1. Carnes rojas a la parrilla: el maridaje clásico que nunca falla

El Petit Verdot, con sus taninos firmes y su estructura potente, encuentra su mejor aliado en las carnes rojas a la parrilla. Un corte jugoso como la entraña, un lomo fino o un bife angosto hacen que los taninos se suavicen, mientras el vino resalta los matices ahumados y las notas de moras y especias.
Las versiones más estructuradas, como las que muestran aromas de violetas, moras, frutos negros, nuez moscada o ahumados, brillan cuando la carne tiene grasa y buen dorado.

2. Ragú de ternera o estofados largos: la armonía del tiempo lento

Platos cocinados a fuego bajo —ragú de ternera, ossobuco, estofados con hierbas y vino tinto— son perfectos para acompañar un Petit Verdot de cuerpo pleno. La gelatina natural y la profundidad del guiso amortiguan la fuerza del vino, mientras los sabores concentrados armonizan con sus notas a ciruelas maduras, frutos negros, cuero o regaliz.

Un maridaje especialmente acertado con vinos como Triunfo Selección Especial Tannat Petit Verdot, que muestra taninos aterciopelados y un final prolongado.

3. Platos criollos intensos: seco de res, adobo o carapulcra

El Perú tiene platos de corazón fuerte, y el Petit Verdot los abraza con naturalidad. Un seco de res con frijoles, una carapulcra con cerdo o incluso un adobo arequipeño encuentran equilibrio en la acidez del vino y en su fruta madura. Esta combinación es ideal para quienes buscan un maridaje identitario, donde ambos mundos —el vino y el plato— cuentan historias profundas.

4. Tabla de quesos maduros y frutos secos

El Petit Verdot encuentra su pareja ideal en quesos curados y de sabor intenso, capaces de equilibrar su estructura, taninos firmes y notas de frutos negros. Quesos como Manchego curado, Pecorino Romano, Parmesano Reggiano, Gruyere añejo o Gouda madurado aportan salinidad, cristales y grasitud que suavizan el carácter del vino y realzan su complejidad.

Evita los quesos suaves o cremosos —como burrata o mozzarella— ya que tienden a chocar con la firmeza tánica del Petit Verdot. Una buena tabla de quesos añejos convierte cada sorbo en un contraste elegante y memorable.

5. Platos con sabores ahumados o especiados

El toque especiado del Petit Verdot lo convierte en una gran pareja para platos como anticuchos, costillas glaseadas, preparaciones con pimienta negra, clavo de olor, paprika o incluso propuestas con ahumados naturales. Si el vino tiene notas a pimienta, regaliz o frutos negros, este tipo de cocina realza su carácter y crea un maridaje vibrante.

Petit Verdot en Tacama: carácter, frescura y elegancia

Tacama trabaja esta cepa en expresiones variadas:
Origen Malbec Petit Verdot, con violetas, moras, nuez moscada y taninos redondos.
Triunfo Selección Especial Petit Verdot, fresco, equilibrado y aromático.
Triunfo Selección Especial Petit Verdot Tannat, profundo, persistente y lleno de matices de frutos negros y especias.

Cada uno dialoga distinto con la gastronomía, pero todos conservan esa identidad intensa y perfumada que hace del Petit Verdot una variedad inolvidable. Si quieres descubrir cuál de estos estilos combina mejor con tu mesa, lo ideal es atreverte a probar, comparar y crear tus propios momentos. Porque un Petit Verdot no solo se bebe: se vive, sorbo a sorbo, plato a plato.

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