Dos estilos, dos mundos: qué distingue a un vino varietal de un blend

Cuando miramos una etiqueta de vino, solemos fijarnos en el nombre de la uva, el año o la bodega. Pero hay un detalle clave que muchas veces pasa desapercibido y que dice muchísimo sobre el estilo de ese vino: si es varietal o blend. Esta diferencia no es un simple tecnicismo, sino una de las decisiones más importantes que toma un enólogo al momento de crear un vino.

Detrás de un vino varietal hay una búsqueda de pureza y expresión directa de la cepa; detrás de un blend, una intención de equilibrio, complejidad y armonía. Ambos estilos conviven y definen gran parte del mapa vitivinícola mundial. Entender cómo se elaboran y qué propone cada uno cambia por completo la forma de elegir —y disfrutar— una copa.

Vino varietal: cuando una sola uva habla por sí misma

Un vino varietal es aquel elaborado mayoritariamente con una sola variedad de uva. Según las normativas vitivinícolas más aceptadas a nivel internacional —como las de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV)—, para que una botella lleve el nombre de una variedad de uva en la etiqueta, al menos entre el 75 % y el 85 % del vino debe provenir de esa variedad, dependiendo del país.

Por ejemplo:

  • Un Tannat varietal está compuesto principalmente por uva Tannat.
  • Un Malbec varietal expresa sobre todo las características del Malbec.
  • Un Cabernet Sauvignon varietal resalta la potencia, estructura y notas típicas de esa cepa.

El gran objetivo de un vino varietal es mostrar la identidad pura de la uva: su perfil aromático, su tipo de taninos, su acidez y su comportamiento en boca. Por eso estos vinos son ideales para quienes desean aprender a reconocer cepas y comprender cómo se expresa cada una según el clima y el terroir.

Según la publicación especializada Wine Enthusiast, los vinos varietales permiten identificar con mayor claridad los llamados “sabores primarios” de la uva, como las frutas, flores o notas vegetales que definen su carácter. En ese sentido, son una puerta de entrada tanto para aficionados como para conocedores.

Eso no significa que un varietal sea simple. Al contrario: puede tener gran complejidad, especialmente cuando proviene de viñedos bien trabajados y con crianza en barrica. Lo que lo distingue es que toda su personalidad gira en torno a una sola cepa.

Vino blend: el arte de combinar para lograr equilibrio

Un vino blend se elabora a partir de la mezcla de dos o más variedades de uva. Aquí el protagonismo no está en una sola variedad de uva, sino en la armonía que se logra al unir distintas expresiones.

Cada uva cumple una función específica dentro del conjunto:

  • Una puede aportar aromas frutales.
  • Otra, estructura y taninos.
  • Otra, acidez y frescura.
  • Otra, profundidad y persistencia.

Así, el enólogo actúa como un verdadero compositor, buscando que el resultado final sea más completo que sus partes por separado. Este estilo tiene una larguísima tradición, especialmente en regiones como Burdeos, donde los blends son la norma desde hace siglos.

De acuerdo con la revista Decanter, los blends permiten una mayor consistencia entre cosechas, ya que el enólogo puede ajustar proporciones cada año para mantener el perfil del vino. Además, suelen ofrecer vinos más complejos, redondos y versátiles para el maridaje.

Ejemplos clásicos de blends son:

  • Mezclas de Cabernet Sauvignon,  Merlot y Cabernet Franc.
  • Blends de Malbec con Petit Verdot.
  • Vinos que integran tres o más cepas tintas o blancas.

A diferencia del varietal, donde se busca fidelidad a una sola uva, en el blend prima la creatividad del enólogo y el equilibrio sensorial.

Varietales y blends de Tacama: dos estilos, una misma excelencia

Dentro del mundo del vino, Tacama ofrece ejemplos claros tanto de vinos varietales —elaborados con una sola uva— como de blends, donde dos o más cepas se combinan para crear mayor complejidad.

Entre los primeros, el Triunfo Selección Especial Malbec revela un perfil delicado y expresivo: aromas a ciruelas, guindas y cerezas que se entrelazan con una frescura vibrante y burbujas finas que realzan su elegancia. A su lado, el Don Manuel Tannat impone presencia desde la vista, con su púrpura intenso de reflejos violetas, y conquista con notas profundas de frutos negros, ciruela, higo, vainilla y chocolate. En boca es amplio, persistente, con un final largo que invita a platos intensos y especiados.

En el universo de los blends, Tacama propone ensamblajes donde cada cepa aporta su esencia. El Tacama Origen Malbec & Carménère conjuga fruta negra, hierbas aromáticas, chocolate amargo y café en un vino de taninos redondos y color púrpura profundo, afinado durante doce meses en roble francés. Por su parte, el Tacama Red Blend Malbec–Petit Verdot, edición limitada, es un diálogo entre estructura y suavidad: un año en barrica, otro en botella, y el tiempo hace su magia para entregar un vino de carácter elegante, vibrante y perfectamente equilibrado.

Descubre estos vinos en nuestra tienda online y déjate llevar por la experiencia Tacama desde la primera copa.

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