Hay vinos que refrescan, otros que despiertan los sentidos y algunos que transforman un plato en un momento memorable. Los vinos blancos de Tacama reúnen todo esto y más, gracias a la magia de sus uvas cuidadosamente seleccionadas.
Cada variedad aporta su propia personalidad. La Chenin Blanc regala vinos sedosos y vibrantes, con acidez viva y aromas a manzana verde y frutas tropicales, perfectos para quienes buscan frescura y vivacidad en cada sorbo. La Sauvignon Blanc, fresca y aromática, despliega notas cítricas, maracuyá y flores blancas, envolviendo el paladar con elegancia y carácter. Por su parte, la Viognier, más exótica y fragante, aporta recuerdos de durazno, albaricoque y frutas tropicales maduras, entregando suavidad y un perfil aromático envolvente.
Desde estos viñedos soleados, donde tradición y pasión por la vinicultura se encuentran en cada racimo, nacen vinos que invitan a explorar aromas cítricos, frutas exóticas y delicadeza en cada sorbo. La pregunta es: ¿cuál de ellos es el ideal para ti?
Los blancos de Tacama que enamoran
1. Gran Blanco Las Tablas Sauvignon Blanc Chenin
Cosechadas a mano, estas uvas propias dan vida a un vino de color amarillo brillante. Sus aromas a manzana verde, piña y toronja anticipan la vivaz acidez que encontrarás en boca, sedosa y tropical. Ideal para sushi, sashimi, mariscos y ensaladas frescas, es el blanco fresco y vibrante que despierta el paladar y limpia cada bocado.
2. Blanco de Blancos Sauvignon Blanc
Un 100% Sauvignon Blanc que nos regala una nariz delicada y elegante, con notas cítricas, durazno y aromas florales. En boca, fresco y con frutas exóticas, su final agradable con carácter lo hace perfecto para pescados, mariscos y aves. Este vino es la elección de quienes buscan complejidad y persistencia, un blanco aromático que transforma cada comida en un ritual de sabor.
3. Origen Viognier Sauvignon Blanc
Elaborado con uvas Viognier y Sauvignon Blanc, despliega aromas de frutas exóticas y sabores frescos con acidez balanceada. Ideal para mariscos a la parrilla, pescados magros y ensaladas con salsas contundentes, es un vino equilibrado y versátil, que acompaña platos más complejos sin perder frescura ni elegancia.
Abre una botella de Tacama y deja que sus blancos te transporten al corazón de Ica, entre aromas cítricos, frutas exóticas y la dedicación de generaciones de viticultores. Porque el vino ideal no solo acompaña la comida: convierte cada plato en un momento memorable y lleno de sabor.
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